Hijo de marmolista, desde niño ha crecido familiarizado con las muestras de piedra y las notas de mediciones.
La historia continúa durante su adolescencia. En los veranos trabajaba en la fábrica de mármoles elaborando e instalando piedra natural. Así, poco a poco y casi sin darse cuenta, su padre le enseñó el oficio. Más adelante, con tan solo veinte años, surgió una vacante que le dio la oportunidad de trabajar como encargado en la misma fábrica, asumiendo funciones como administración, compra y venta de material.
Pocos años después, tomó la difícil decisión de comenzar por su cuenta. Sintió que era el momento de atreverse y poner a prueba su experiencia. Con toda la ilusión y el riesgo inherente que conlleva, abrió su propia empresa de reformas. Esta empresa contaba con personal de instalación propio, y colaboraba con Heriberto Martínez, quien tenía más de veinte años de experiencia en mobiliario clásico. Aquí empezó su relación también con el mobiliario.
De esta manera, comenzó a hacer obras que fueron poco a poco ganando volumen, promocionándose con el boca a boca de los propios clientes. En este punto de crecimiento, Javier se matriculó en la universidad para seguir aprendiendo y poder dar mejor servicio a sus clientes, y así, fue como se tituló en Interiorismo en IADE.
De esta manera los proyectos siguieron cobrando vida, yendo más allá de la simple obra. Más adelante, en 2018, el espacio queda pequeño y abre su propio estudio. Tiene buena acogida, y no tarda en ampliar el equipo con interioristas, para así contar con más ayuda a la hora de ejecutar los proyectos.